Lo vi en tu mirada

Querido Punto Fijo, lo vi en tu mirada, en tus ojos café, en el brillo resplandeciente de tu cornea palpante, en el abrir y cerrar de ojos de tu alma, quizás cuando ya el viento sople en Otoño y deje caer tus ilusiones para que se hagan realidad, en el suspiro del cepilladero, en el madrugar sentido del empanadero, en el despertar tardío del comerciante, en la lucha continua y dormida del buhonero, en la historia sumergida, existente, en tus colegios, en la sonrisa cohibida de la señora que limpia, en el reloj que marca la hora muy despacio del taxista, en el azul inmerso en la grasa del mecánico, en los vivos recuerdos de tus calles, en el epicentro oportuno de tus corazonadas, en la luz del sol que alumbra tus días, en tus catorce mil cuatrocientos días de vida, en la libertad que brota de tus cujies, lo vi en tu gente, en tu pecho, en tu alma, lo vi en tu ser, lo vi en las ganas de surgir y de seguir siendo el mismo de hace cuatro décadas cuando en tus instancias me crié, lo vi en tu mirada, el sentimiento profundo muy adentro de ti, de ser el motivo de orgullo y felicidad de cualquier puntofijense