La llama de la pasión.

| martes, marzo 15, 2011 | 0 comentarios |
Henry, estuvo toda la semana trayéndome flores, sorprendiéndome en cada detalle de mis rostro al sonreír, en cada hoyuelo en mi mejilla minutos antes de que me echara en sus brazos, sus labios y los míos tenían la tertulia mas simpática que nunca jamás existió. La noche anterior antes de escribirles desde mi ventana y sus filos acariciaran mis piernas, encendió la llama que ardía mas, mucho mas que la antorcha olímpica, ese día le estaba cocinando una sencilla tortilla de tomate, me tomó por la cintura, me besó el cuello y fue bajando como cuando marcas planta baja en el ascensor. No habíamos llegado muy bien al cuarto y esa llama ardía con nuestros cuerpos semidesnudos, caímos en la cama como una mosca al piso acabándose de morir. Sus manos me pedían volver a casarnos, sus dedos en mi cuerpo que volviésemos a la esquina donde lo conocí. Hoy esas sabanas están negras y mi piel áspera, mi cara irreconocible pues la llama de la pasión fue desde la cocina hasta llegar a nuestro cuarto y antes de acabar entre abrazos y darle la noticia que en mi vientre germinaba la semilla que él plantó para mi, la flama encendida de deseo y de recuerdos que no recordamos le puso a su vida un punto y final, a la mía una coma aunque hoy esa semilla no germinó por lo quemado, germinaron las ganas de seguir juntos y poder estarlo, germinaron las partículas de amor en su cerebro que me hicieron vivir, que hicieron que hoy este viva aunque no sea la misma. Hoy Henry me espera para encender la llama y que nunca jamás se pudiese apagar.