El retrato que me mira a través del espejo.

| sábado, febrero 19, 2011 | |
Hoy, cargo en mis hombros la agonía y el recuerdo que no me quedó de ti. Fue una mañana de otoño en que tus ojos me dejaron de mirar, al menos no del mismo ángulo. Todo se resumía a óleo y a pinturas secas que el tiempo me dejó. Corría y corría, detrás de mis reflejos, ¿era tu retrato un simple espejo o era yo sangre de tu sangre? Quisiera ser las huellas de mis pasos para encontrar el camino pero no hay tales huellas en la tierra.

Seguía corriendo y encontré unos simples escombros donde pasar la lluvia sin dejar correr tu tinta, la de tu retrato, esa que pinta tus canas y tus manos en tonos grises.

Pasé varios días como la rueda de una carreta dando vueltas, sin sentido, y es allí entre bloques y cabillas que encontré a Rafael y a Carlos y al que fue mi compañero en las buenas y en las malas Tomate, mi perro. Ya no era el Fernando que desde niño cargaba tu retrato clavado en las sienes, ya no era el mismo de hace 10 años, ya no había Rafael, ya no había Carlos, solo manchas a blanco y negro, ladridos constantes, ni siquiera a él lo tenia, se me fue muy pronto detrás de los pinceles que pinto tu retrato, detrás de aquel pintor que hoy pinta mis arrugas o una cruz en mis manos al bajar el autobús.

Ya no había tal pintor, solo sangre en la calle, sangre en mi tropiezo, sangre en mi cabeza, después de tantos años, exactamente 60, solo guardo en mi memoria tu retrato, el que me miraba a través del espejo, el que me indica que vaya hacia él y eso hice, estoy aquí.

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Mientras las horas pasan mas caen nuestros pensamientos, déjame el tuyo allí. y gracias por tomarte tu tiempo.